A lo largo de la historia sabemos que la Iglesia Católica
actuó de manera categórica en contra de lo que predicaba el señor Jesucristo: cruel,
asesina y autoritaria en la Edad Media por medio de la inquisición condenaba a
los herejes y ejecutaba a cualquier persona que obrara de manera diferente a
ella “los quemaban vivos”.
Por la hoguera pasaron diferentes números de personajes como
Juana de Arco hasta el bohemio Juan Hus, no fue hasta la llegada de la Reforma
Protestante en el siglo XVI que pudimos
ver con claridad que el papado es un invento humano ocupado más en campañas
militares que en funciones eclesiásticas.
En el siglo XX el Papa Pío XII colaboró con el nazismo e
hizo silencio ante la matanza durante el holocausto y fue el mismo que
excomulgo al general Juan Domingo Perón y apoyo a la Revolución Libertadora.
En la década del 60 parecía que la Iglesia Católica se iba
adaptando a los nuevos tiempos con el Concilio del Vaticano II y la aparición
del movimiento de sacerdotes tercermundistas comprometidos con la condición social
en la que se encontraban los países no desarrollados , era una esperanza hacia
una nueva era, se abría un gran camino pero no fue así ya que todo esto fue anulado
por Juan Pablo II ( bastión fundamental para la caída del comunismo ya que se
reunía con los agentes de la CIA durante el gobierno de Ronald Reagan).
Una vez muerto este llegó al poder un Papa de orientaciones
ultraconservadoras, un nazi que quiso volver a dar las misas en latín y deseó
fervientemente volver a los orígenes de la iglesia primitiva. Su postura de
levantar la excomunión al obispo negacionista Richard Williamson (persona que
difundió a la televisión estatal sueca que solo habían muerto 300.000 judíos en
campos de concentración nazi y que ninguno en cámara de gas) no hizo más que
deteriorar su fundamentalismo desde un
comienzo.
Además vale recordar que durante todos los golpes de estado
que hubo en la Argentina los obispos y sacerdotes católicos de nuestro país los
apoyaron siendo cómplices del Proceso de Reorganización Nacional del 24 de
marzo de 1976 que fue la mancha sangrienta más profunda que hoy en día se
registra en nuestra nación y que se llevó la vida y sueños de 30.000
compatriotas que jamás pensaron cuál sería su trágico destino.
Situándonos en la actualidad el Vaticano se ve en serios
problemas ya que mediante el “Informe Fern”(llamado también el libro negro del
catolicismo irlandés) una comisión gubernamental investigó durante tres años
270 páginas de historias terribles, con datos y testimonios.
Más de un centenar de sacerdotes resultaron involucrados en
40 años de silencio, con más de 350 víctimas, obispos complacientes que cubrían
o como máximo transferían a los curas culpables.
Es extensa y larga la lista que sugiere que hubo Pontífices
pedófilos.
El Vaticano siempre ocultó estas perversiones, hasta que en
el siglo XXI ya no se pudo tapar más el caso irlandés donde detectaron 100
sacerdotes pedófilos, algo de lo cual la cantante de pop Sinead O Connor ya
había protestado el 3 de octubre de 1992 frente a las cámaras de televisión
norteamericanas en el programa Saturday Night Live interpretando la canción War
de Bob Marley cambiando la frase racismo por abuso infantil en un acto
conmemorativo y de mucha valentía en la que rompió en mil pedazos la foto de
Juan Pablo II y mencionó la histórica frase “luchen contra el verdadero enemigo”.
En Estados Unidos se produjo el más grande escándalo de la
historia cuando alrededor de 13.000 víctimas y 5000 abusadores salieron a la
luz, gracias a esto se vieron en gravísimos problemas el papado corrupto como
el imperio brutal.
Por todos estos ocultamientos y delitos impunes se tuvo que
ir Benedicto XVI, por destruir la conciencia de los fieles y defender unos de
los casos más indignantes de la humanidad la pedofilia.
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