viernes, 31 de enero de 2014

Protestantes

Ese es el problema de cuando la iglesia deja de Protestar. Es una anulación de la identidad y un suicidio espiritual. Debemos seguir siendo lo que somos y además rechazar con todas nuestras fuerzas todo intento del Papa de unirnos a ellos o restituir a Lutero. No somos lo mismo y seguiremos protestando contra el Primado de Roma, contra la confesión auricular, contra el culto a las imágenes y la invocación de los santos difuntos, contra el celibato obligatorio, contra la manipulación del poder político en detrimento nuestro, contra la prohibición del libre examen de La Escritura, contra la autoridad de la tradición en perjuicio de La Escritura, contra la salvación por los sacramentos, contra las bendiciones impartidas a genocidas, contra el encubrimiento de los sacerdotes y obispos pederastas, contra los niños secuestrados al nacer, y contra un millón de cosas más ¡Protesto, protesto, protesto!...

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